
Está inspirado en los D-Type que la firma británica construyó entre 1954 y 1957 y que ganaron tres veces en las 24 Horas de Le Mans. De hecho, el ‘7’ de su nombre y que vemos en los laterales del modelo responde a las siete victorias conseguidas por la marca en la mítica prueba.
Monta unas llantas de aleación de 20 pulgadas y presenta fibra de carbono en el splitter delantero, el difusor trasero, los faldones laterales, los retrovisores y el alerón trasero. Para mejorar su refrigeración, las entradas de aire del capó y el paragolpes aumentan su tamaño.
Destaca la eliminación del asiento del copiloto, que se ha reconvertido a un portacascos. A pesar del carácter racing del modelo, el habitáculo no pierde calidad y mantiene el cuero, los paneles de las puertas acolchados, etc.
Debajo del capó está el mismo motor 5.0 V8 de la versión normal del modelo, aunque potenciada para exprimir 550CV y 680Nm de par, cifra que ayuda con seguir una velocidad punta de 299 km/h y un tiempo de 4,1 segundos en el 0-100.
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